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El sexo anal es una práctica sexual que consiste en la introducción del pene en el ano de tu pareja. Es una práctica controvertida, a menudo estigmatizada, que aún muchas personas siguen considerando tabú o restringida a parejas homosexuales.
Sin embargo, en los últimos años, la curiosidad por el sexo anal ha crecido. Esta práctica es una forma más de participar y tener una vida sexual plena. Cada vez son más los hombres y las mujeres que se inclinan por probar este juego sexual tan antiguo como la humanidad. Y es que ya en la antigua Grecia el coito anal era una práctica habitual que estaba reservada a las clases más altas de la sociedad.
El ano está lleno de terminaciones nerviosas que proporcionan un enorme placer cuando se estimulan correctamente. En la entrada, es donde se concentran la mayoría de los nervios, por lo que solo con estimular la zona con los dedos o la lengua puede ser un gran deleite.
Si tienes curiosidad por probar el sexo anal o griego, deberás empezar rompiendo y removiendo todos los prejuicios que te invaden. Es clave estar sin prejuicios ni tabúes para disfrutar del sexo anal de una forma placentera, relajada y segura.
Los juegos sexuales previos a la penetración pueden incluir la sodomización de cualquiera de las dos partes. Habitualmente muchos hombres heterosexuales sueñan con penetrar analmente a una mujer. Eso les excita sobremanera. Sin embargo, siguen teniendo prejuicios cuando se trata de su propio trasero. Socialmente sigue considerándose una práctica limitada a los varones homosexuales.
Nuestro consejo es que dejes atrás (nunca mejor dicho) esos prejuicios para estar dispuesto a disfrutar como nunca antes lo has hecho. Con la mente libre, podrás gozar con receptor o bien que te hagan disfrutar introduciendo diversos objetos sexuales en tu ano.
En los hombres, el placer que se experimenta al ser penetrado analmente es mayor que el de las mujeres. Esto se debe a que la penetración anal permite que se estimule la próstata del hombre, bien sea con el pene, un juguete o con los dedos. La estimulación de esta glándula puede producir unos orgasmos increíbles como nunca antes hayas experimentado.
Así que, olvídate de la vergüenza y del qué dirán y pídele a tu pareja o amiga con total confianza sexo anal para ti también. La penetración anal puede ser una actividad extremadamente erótica y emocionante. Si estás dispuesto a probarlo, puede que lo encuentres como una adición inesperadamente divertida que sin duda querrás incorporar a tu repertorio sexual. ¡Atrévete a probarlo y no te arrepentirás!
Si aún no lo tienes claro, o no sabes cómo practicar sexo anal con garantías, sigue leyendo. A continuación resolvemos las principales dudas que suelen surgir antes de realizar sexo anal por primera vez.
Si se hace bien, el sexo anal es absolutamente seguro. Si bien es cierto que el anal es uno de los tipos de sexo más arriesgados cuando hablamos de propagación de enfermedades de transmisión sexual, incluido el VIH. Por ello, el preservativo es de obligado uso al realizar sexo anal con cualquier compañía. Si vas a ser tú el que sodomiza a tu pareja ve despacio, sé amable, escucha sus sugerencias, usa protección y mucho lubricante. Verás como la experiencia es muy gratificante para ambos.
El sexo anal puede ser doloroso si el receptor no está muy excitado y bien estimulado. Por ello, para practicar un buen sexo anal, los preliminares a la penetración son fundamentales y forman parte de su encanto. Lamer la zona del ano previamente es sumamente excitante. También se puede comenzar por introducir los dedos o algún juguete erótico antes que el pene. De esta forma, el placer hará que el esfínter se vaya relajando y quede predispuesto a acoger con gran satisfacción al pene.
El ano no es tan flexible como la vagina, que está diseñada para poder acomodar la cabeza de un bebé. El ano es más estrecho y apretado, por lo que la sensación de tener algo en el área rectal es única. A menudo se describe como una sensación de plenitud, que será deliciosa siempre y cuando se haya estimulado y relajado bien la zona.
Rotundamente sí: lubricante, lubricante y más lubricante. El lubricante es un elemento fundamental que no debe faltar en una relación anal. El lubricante es imprescindible para disfrutar de un sexo anal cómodo (y seguro). El ano no lubrica naturalmente como lo hace la vagina. Sin lubricante hay más riesgo de que se produzcan fisuras y de que la relación duela.
Por eso, para tener una buena experiencia, cuanto más lubricante, mejor que mejor. Habrá que extenderlo por tu pene, en el trasero de tu compañera, en la abertura del ano, en los dedos, en los juguetes que vayan a utilizarse,… Esto hará que todo se deslice mucho mejor y que la práctica sea extremadamente placentera.
Muchas personas tienen reticencias a practicar sexo anal porque lo consideran una práctica sucia. Y, no nos vamos a engañar, al fin y al cabo el ano es el lugar por donde salen los desperdicios de nuestro cuerpo.
Por ello, antes de practicar sexo anal es recomendable lavar a conciencia la zona. Algunas personas optan por ponerse un enema, realizarse una lavativa rectal o darse una ducha anal.
Pero tampoco hay que volverse demasiado paranoico con el tema. Si la zona se ha lavado previamente, todo estará bien. Y, si ocurre algún accidente, tómatelo con naturalidad. Está dentro de las posibilidades al realizar esta práctica sexual. No tiene la mayor importancia.
Hay muchas posturas en las que se puede practicar sexo anal. Una de las preferidas por los principiantes suele ser la de cuchara. La de perrito es una de las que más excita a los hombres porque permite ver el trasero de la chica mientras la penetra, lo cual ayuda a subir la temperatura. Pero también hay otras posturas como el tornillo, la vaquera al revés o la cruz. Lo mejor es experimentar para saber cuál es la que os proporciona un mayor placer. Tómate tu tiempo, el sexo anal no es amigo de las prisas. Con tranquilidad, ambas partes disfrutaréis mucho más.
Como ves, la penetración anal y el sexo anal en general pueden ser seguros, muy placenteros y no tienen efectos negativos en tu cuerpo. Pero para ello habrá que adoptar las medidas recomendadas en este tipo de práctica.
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