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Habréis escuchado millones de veces que no sé qué actor o director es fetichista o que un amigo lo es. ¿No tienes claro qué son los fetiches sexuales? ¿Qué quiere decir tener un fetiche? A lo mejor sospechas que tú mismo eres fetichista. Te sacamos de dudas.
La palabra ‘fetichismo’ hunde sus raíces en el latín y el portugués. Alude a la magia y lo artificial. Por lo que tiene conexión con lo religioso o místico en el sentido más primitivo del concepto fetichismo. De hecho, en la RAE (Real Academia Española) se considera fetiche a aquel objeto al que se le rinde culto por atribuírsele propiedades fantásticas, mágicas o místicas.
Es decir, los fetiches podrían ser todos esos ídolos materiales que veneraban en la antigüedad. Pero también lo serían los objetos de superstición de la actualidad utilizados para la buena suerte. Bien sean gemas, herraduras, tréboles de cuatro hojas…
De este modo, se aplica una definición que tiene relación en cuanto a los fetiches sexuales. Freud consideró que convertir un objeto en deseo sexual es también convertirlo en fetiche. El fetichismo en términos eróticos se convierte en llegar a la excitación o el orgasmo mediante un objeto o parte del cuerpo que no sea específicamente erógeno. Por eso, tener fetiches sexuales está considerado como una parafilia.
Las parafilias son comportamientos sexuales en los que el placer se origina a través de fuentes poco habituales en lo erótico. Esas fuentes pueden ser objetos, situaciones, actividades… La historia es que en materia sexual a veces resulta muy complicado definir qué es anómalo y qué no. Evidentemente, no caben cuestiones en prácticas como la pedofilia o el exhibicionismo que traspasan fronteras morales que hacen que estén duramente penalizadas por la ley.
Pero en casos como el fetichismo establecer qué es la normalidad es más complejo. Cada uno tiene derecho a excitarse con lo que quiera. Hay situaciones extremas en las que el fetichismo se convierte en un impedimento para hacer vida. Para que el fetichismo se considere trastorno, ha de padecerse a este nivel durante al menos 6 meses.
Tener un fetiche con los pies o con los zapatos de tacón son de los fetichismos sexuales más comunes, por no decir los más conocidos. Los fetichistas suelen ser hombres. Cuando hablamos de fetichismo de pies y zapatos nos referimos a la excitación que provoca para algunos hombres esta parte del cuerpo y este calzado, que por lo general suelen ser tacones altos.
Para un fetichista de este tipo ver un pie o un tacón ya desencadena un deseo sexual. Es sabido que algunos cineastas forman parte de esta comunidad de fetichistas del pie. Entre ellos se encuentran el español Luis Buñuel o el americano Quentin Tarantino. Ambos han hecho especial hincapié en esta parte corporal a la hora de mostrarla en sus películas. De Luis Buñuel hallamos un ejemplo en ‘La Edad de Oro’ cuando la protagonista lame el pulgar del pie a una estatua y en Tarantino podemos observar su fetiche ya desde el inicio de ‘Death Proof’. La película abre con un primer plano de unos pies femeninos.
Tener un fetiche con los pies y tacones no solo implica la parte visual. Los fetichistas de este tipo suelen querer tener contacto. Muchos leen sobre reflexología podal para ser conocedores de los puntos del pie que más placer provocan. Este fetichismo se puede manifestar a través de lametones en el tobillo, en el arco, entre los dedos, de masajes… O chupando incluso el propio tacón sin descubrir el pie.
En otros casos, la ‘podo-filia’ (OJO, no confundir con pedofilia) está estrechamente ligada a los juegos de dominación-sumisión. Al hombre le gusta tumbarse junto a los pies de la mujer y sentir que su cuerpo o cabeza son utilizadas a modo de reposapiés. Otras veces se practica el trampling. Significa que le gusta que le pisen o caminen.
¿Te consideras fetichista? Puede que después de leer esto te hayamos aclarado varias dudas e incluso te hayas identificado con aquellos que sienten gusto por estos fetiches sexuales.
En Madrid y otras ciudades numerosas, es más fácil explorar tu lado fetichista. A diferencia de los pueblos, las grandes urbes abarcan un mayor número de personas con estilos y gustos diferentes. Así que es más simple hallar personas interesadas en practicar footjobs, es decir, que realizan trabajos con los pies. Bien sea que te masturben con ellos o que te exciten dejando que hagas con sus pies lo que te dé más morbo a ti.
¿No te atreves a compartir este fetiche sexual con cualquiera? Entonces, comunícale tu deseo a tu pareja. Puede que ella o él también sean fetichistas o que estén listos para satisfacerte. Comprobarás por ti mismo lo satisfactorio que resulta poner en práctica tu fetiche sin tapujos, con intimidad y confianza.
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