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¿Alguna vez te has preguntado qué es el fisting? Quizás ya sepas lo que es, o tal vez sea la primera vez que oyes esta palabra y no sabes muy bien a qué se refiere. En este post, te contamos todo lo que necesitas saber sobre fisting, para disfrutarlo y para practicarlo de forma segura.
El fisting es una práctica sexual que consiste en insertar la mano completa, el puño o incluso parte del brazo en la vagina o el ano de la pareja. Está considerado por muchos como un acto sexual extremo e intimidante. Sin embargo, a mucha gente, le resulta una experiencia intensa y placentera.
Como todos los actos sexuales, el fisting requiere del consentimiento entusiasta de todas las partes involucradas. Debido a que puede ser un desafío para nuestro cuerpo, lo mejor es estar lo más seguro posible de querer hacerlo. Lo fundamental a la hora de practicar fisting es armarse de mucha paciencia, prepararse bien y tener mucha confianza y comunicación entre todas las partes. De lo contrario, podría resultar doloroso.
A pesar de que a veces se considera una actividad sexual «extrema», existen diferentes razones por las que las personas pueden disfrutar del fisting. Algunos dicen que les gusta la intimidad que implica esta práctica. A otras personas les gusta la sensación de «plenitud» que reciben cuando su pareja le introduce los puños. Sentir el calor corporal de la pareja desde dentro y el poder que ofrece, es algo que mucha gente disfruta. A otros les excita saber que ellos y su pareja confían tanto el uno en el otro como para practicar fisting juntos.
Además, con el fisting vaginal, también se puede estimular el punto G o la glándula prostática con el fisting anal. Con una mano completa o un puño dentro se activan a la vez multitud de tejidos repletos de terminaciones nerviosas. Esto puede ser muy placentero y hacer que para algunas personas los orgasmos sean más intensos.
El fisting es una forma de penetración que permite el contacto visual con la pareja, y que ofrece al emisor ser plenamente activo en el placer del receptor.
Antes de empezar a hacer fisting, lo mejor es hacer muchos juegos previos con tu pareja en esta experiencia. Así el deseo de ambos crecerá y la excitación hará más fácil esta práctica. Muchas personas descubren que cuanto más relajados están, más fácil es recibir el puño de la otra persona en su vagina o su ano. Incluso, muchos comienzan dando un masaje anal o genital a su pareja.
Cuando ambos estéis preparados, podéis comenzar insertando un dedo en la vagina o el ano del que va a ser penetrado. A medida que los tejidos se vayan suavizando, se pueden ir introduciendo más dedos al juego, pero lentamente y con calma. En todo el proceso del fisting, la comunicación y el saber cómo se siente la otra persona en todo momento es crucial. También el uso continuo de lubricante, para ayudar a flexibilizar cada vez más el área penetrada.
A medida que los dedos entren más adentro de la vagina o el ano, se pueden doblar alrededor del pulgar. Esto hará que la persona receptora se sienta más llena. Una opción en este punto es ofrecerle además estimulación genital (como el sexo oral o un trabajo manual) para llevar a la persona penetrada al orgasmo.
A veces, la persona que está haciendo el fisting puede sentir que su mano está siendo apretada, como succionada por el cuerpo del otro. Si esto sucede, es importante sacar la mano del cuerpo de su pareja tan lentamente como sea posible. Retirar la mano demasiado rápido podría causar un fuerte daño en la persona receptora.
A estas alturas, seguro que te estás preguntando si el fisting es una práctica sexual segura. A priori, el fisting es una actividad sexual de bajo riesgo para transmitir o contraer enfermedades de transmisión sexual. Aún así, es importante que si sospechas que puedes padecer alguna enfermedad de este tipo hables de ello previamente con quien va a ser tu pareja.
Debido a que el fisting puede ser una actividad físicamente muy exigente, puede haber cierto riesgo de lesiones si no se tiene el suficiente cuidado. Por ello, antes de comenzar, es recomendable tomarse su tiempo para estimular y lubricar bien la zona que va a ser penetrada. Las prisas en el fisting no son buenas porque puede provocar o experimentar dolor o daño en los tejidos.
Estas son algunas recomendaciones para hacer fisting de forma más segura:
Después de practicar fisting, si alguna de las partes experimenta sangrado abundante de la vagina o el recto, es preciso solicitar atención médica de inmediato. Esto podría significar que se ha producido una lesión importante, como un desgarro en el ano o la vagina.
Como decíamos al principio, el fisting xxx es una práctica sexual extrema que puede no ser apta para todos los públicos. Como cualquier otro tipo de sexo, al final todo se reduce a tus propias preferencias personales y a las de tu pareja.
Recuerda que siempre deberás ser cuidadoso y respetuoso con las necesidades y deseos de la persona con la que practiques fisting.
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